jueves, 5 de marzo de 2015

Cuadernos de viaje: FIC San Cristóbal.

Seth Alvarez.

Martha: Cuando llegué a San Cristóbal ya anochecía y hacia algo de frio. Era domingo y estaba algo cansado. Había tomado el autobús de Manzanillo al aeropuerto de Guadalajara muy temprano. Mi vuelo a Tuxtla Salió a las tres de la tarde y pasé la mayor parte del tiempo leyendo a Carpentier. El costo del boleto no fue tan caro porque lo compré con un mes de anticipación.  Lo hice en cuando me avisaron que estaba seleccionado al taller de guión de Beatriz Novaro, dentro del FIC San Cristóbal 2015. Pero déjame comentarte el viaje con algo de detalle. Comenzaré a decirte que durante el vuelo conocí a un chavo originario de San Cristóbal que me dijo que la única manera de llegar a Tuxtla era en taxi. Así que me ofreció dividirnos el costo del transporte que era alrededor de unos doscientos pesos. Al salir, una chica se nos unió para compartir el trayecto, por tal motivo, resultó mucho más económico de lo previsto. El taxi nos dejó en un paradero de colectivos. Yo tomé uno con destino a San Cristóbal.  El costo fue de cincuenta pesos y el viaje duró unos cuarenta y cinco minutos. El trayecto resultó un poco accidentado, literalmente y lamentablemente: un encontronazo y algunos autos averiados en el ascendente camino. En cuanto llegué a San Cristóbal, busqué un hostal. Encontré varios muy económicos y me quedé en el que se encontraba más cercano a todas las actividades del Festival, uno por el andador Miguel Hidalgo. Esa noche el destino hizo de las suyas y me encontré con amigos que hace mucho no veía, ahondaré un poco más en cuando nos veamos. Bueno, te diré que el taller se realizó en el centro cultural del Carmen; una esplendorosa edificación que representa el último vestigio del convento de la Encarnación de la Ciudad Real. Dentro de sus espacios cuenta con un hermoso jardín de epititas.  Hay diferentes talleres diversos para niños y personas de la tercera edad. Por las tardes, en la Plaza de la Paz, se llevaron a cabo funciones de cine al aire libre. Deberías haber visto la escena: Un enorme Zócalo convertido en un cine y a un lado, la imponente Catedral. También se presentaron largometrajes en otras sedes, como en el Teatro Zabadúa, que fue fundado en 1931 y catalogado como monumento histórico. En la sala de Bellas Artes que es un espacio estilo virreinal construido en 1974.  En el Teatro de la ciudad, un moderno recinto inaugurado en 1994 y fue donde se realizó el evento de clausura. En medio de la semana, utilice uno de los descansos del taller, para tomar una combi rumbo a Ocosingo, un pequeño pueblo a dos horas de San Cristóbal. Al llegar, me subí a un taxi para  que me llevara al mercado del pueblo de donde salen los colectivos hacia Toniná. Te explico que Toniná es un impresionante centro arqueológico con una pirámide de setenta y cuatro metros de altura (Es más grande que la del Sol en Teotihuacán) la cual tiene una antigüedad de setecientos años. El costo de entrada es muy accesible y la belleza del lugar inolvidable. Cuando regresé, ya era de noche y me encontré con otra de las actividades del festival, una pequeña fiesta de bienvenida donde presentaron los videos del taller de dirección de cine. Después de una semana de festejos, historias y cine, me dirigí a la estación de ADO y tomé un colectivo hacia Tuxtla para finalizar mi viaje.  Pero antes, me bajé unos metros después de la caseta de cobro y me dirigí hacia Chiapas de Corzo. Ahí, en la plaza principal, tomé un tour al Cañón del Sumidero. El viaje duró alrededor de 2 horas. Este cañón tiene un acantilado cuya altura va un poco más allá de los 1000 m sobre el nivel del agua y se levanta sobre el cauce del río Grijalva. Creo que esta es otra de las maravillas de nuestro México que tienes que ver. Unas horas más tarde, volví a Corzo y después de visitar las tiendas artesanales del lugar, me dirigí en camión hacia a Tuxtla. Por la noche visite el Parque de la Marimba, un lugar adornado con bellos jardines, que es sin duda uno de los sitios folclóricos y culturales más emblemáticos de la capital. Ahí, todo el año se puede escuchar y bailar la música del instrumento más representativo del lugar: la marimba. Por fin, al otro día tomé un colectivo que me dejó relativamente cerca del aeropuerto, para viajar de nuevo a Guadalajara y de ahí, de vuelta a casa. Como siempre, este viaje conjugó algunas de las cosas más importantes de mi vida: los amigos, las casualidades y el cine. Espero verte pronto para continuar con los detalles. Todo mi cariño.
El Noticiero 15 de febrero 2015.

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